Uno de los mayores problemas de la agricultura de regadío es el coste energético, agravado está problemática en España con el gran incremento producido en la última década. Este aumento considerable de la tarifa eléctrica está provocando que muchas asociaciones agrarias muestren sus quejas.
Entre 2008 y 2010 las tarifas de energía para el riego en España se han incrementado en un 120% (Rodríguez et al., 2011). Debido a la liberalización del mercado eléctrico español en 2008, cuando las tarifas especiales para riego desaparecieron, el regadío pasó a utilizar las mismas tarifas que el resto de sectores. Este hecho le ha perjudicado considerablemente, dado que durante los meses de junio y julio, cuando la demanda de riego es mayor, la mayoría de las horas de funcionamiento se incluyen en el período tarifario más caro. Otro factor que le perjudica es que tiene que contratar la máxima potencia que necesita en los meses de máxima demanda para todo el año, cuando en muchas zonas regables hay periodos de varios meses donde no riegan, está problemática se agravó en Agosto de 2013 con el aumento de los costes del término de potencia. Esto ha provocando un incremento considerable de los costes fijos (término de potencia) de la factura eléctrica. Ederra y Murugarren (2010) indican que se ha producido un incremento medio del 82% en el coste energético entre 2005 y 2009 en comunidades de regantes modernizadas en Navarra.
Moreno et al. (2010) concluyen, después de analizar las medidas de ahorro de energía para 15 comunidades de regantes, que el ahorro económico estimado puede ser mayor que el ahorro de energía debido principalmente a la contratación óptima de las tarifas eléctricas. Bescós et al. (2008) indican que el hecho de diseñar las redes de riego a la demanda utilizando las horas punta con el objeto de reducir la potencia instalada y por tanto el consumo energético, no compensa la penalización en el término de energía que supone el utilizar las horas más caras en cuanto al término de energía. Por otro lado Pulido et al., (2006) llegan a la conclusión que la presencia de un depósito de regulación en un sistema de impulsión permite independizar los caudales bombeados de la variabilidad del uso del agua en la red de distribución. De este modo el depósito permite la reducción de los costes energéticos, al poder adaptar el funcionamiento de los grupos de bombeo al tipo de discriminación horaria de las tarifas eléctricas, y al poder conseguir un funcionamiento más regular de las estaciones de bombeo en comparación con la impulsión directa a la red de distribución, aunque esta última opción sea más eficiente desde un punto de vista energético. Por tanto el sistema actual de tarifa eléctrica provoca un mayor consumo energético en el regadío dado que prima el cuando frente a la cantidad de energía consumida. Hay que tener en cuenta la relación directa entre el consumo de energía y la emisión de gases de efecto invernadero, según datos de Iberdrola las emisiones fueron de 289 gramos de CO2 por kWh en 2007.
Un seguimiento de las instalaciones también es importante para conseguir una disminución de los costes energéticos, dado que una desviación de las condiciones óptimas de manejo, puede producir un aumento del consumo de energía. Este incremento en el consumo rara vez se estima debido a la falta de control en muchas comunidades de regantes. También se aumenta el ahorro con un mantenimiento apropiado y el uso de variadores de frecuencia.
Por lo tanto el coste energético en el regadío va a depender del tipo de tarifa contratada, el diseño, el manejo y estado de las infraestructuras para la distribución del agua. De ahí la importancia de realizar auditorías energéticas y llevar un seguimiento permanente de las instalaciones mediante indicadores energéticos.
El objetivo general de una auditoria energética es evaluar el consumo energético y proponer medidas que le supongan un incremento de la eficiencia energética, y por tanto, un ahorro energético y económico. Desde la publicación por parte del Instituto para Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) del Protocolo de Auditorías Energéticas en Comunidades de Regantes, se han realizado numerosas auditorías en distintas zonas regables de España. En complemento con las auditorías energéticas, se está llevando a cabo un proceso de formación e información dirigido a técnicos y agricultores, destacando las guías: Ahorro y Eficiencia Energética en Agricultura de Regadío y Ahorro y Eficiencia Energética en Comunidades de Regantes.
El objetivo general de una auditoria energética es evaluar el consumo energético y proponer medidas que le supongan un incremento de la eficiencia energética, y por tanto, un ahorro energético y económico. Desde la publicación por parte del Instituto para Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) del Protocolo de Auditorías Energéticas en Comunidades de Regantes, se han realizado numerosas auditorías en distintas zonas regables de España. En complemento con las auditorías energéticas, se está llevando a cabo un proceso de formación e información dirigido a técnicos y agricultores, destacando las guías: Ahorro y Eficiencia Energética en Agricultura de Regadío y Ahorro y Eficiencia Energética en Comunidades de Regantes.
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