jueves, 10 de marzo de 2022

Actuaciones de la agricultura de regadío frente a la contaminación por nitratos

En primer lugar me gustaría recordar que el estado de las diferentes masas de agua (ya sean costeras, superficiales o subterráneas) puede no depender exclusivamente de los nitratos de origen agrario, sino de los distintos tipos de presiones que actúan sobre las mismas (vertidos industriales y urbanos, usos agrícolas y ganaderos, vías de comunicación, vertederos, suelos con contaminación, zonas mineras,…), las cuales deben ser abordadas, todas en general y una por una, puesto que, si no es de esta manera, el problema de la contaminación no podría ser resuelto totalmente. También es importante resaltar que en la gran mayoría de casos se trata de una contaminación histórica, aunque se cesara al 100 % toda actividad humana se tardaría décadas en recuperar el buen estado de las masas de aguas subterráneas en multitud de casos. Tampoco se puede obviar, que parte de la problemática existente por el estado y calidad de las diferentes masas de aguas están directamente relacionadas con la falta de ejecución de las medidas e infraestructuras previstas en los diferentes planes de las demarcaciones hidrográficas. Según FENACORE sólo se han ejecutado dos de cada diez euros de la inversión prevista en los últimos planes hidrológicos.

El regadío español lleva años haciendo un gran esfuerzo por hacer totalmente compatible su actividad con garantizar el buen estado cuantitativo y cualitativo de las masas de agua, a través principalmente de las actuaciones de modernización de regadíos. De acuerdo con Joaquín Rodríguez, Vocal Asesor en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación: "la modernización de regadíos se está constituyendo en una respuesta estratégica integral en el ámbito del agua, suelo y biodiversidad para conseguir el equilibrio entre la intensificación sostenible de la producción alimentaria de calidad y la adaptación al cambio climático". En este sentido, en el libro de investigación “Efectos de la modernización de regadíos en España” se indica que el cambio de sistema que permite la modernización tiene varios efectos que favorecen una mayor eficacia de la fertilización, la consecuencia de esta mejora es una reducción de abonado, que en el caso de la Acequia Real del Júcar suponen un ahorro de un 27 % menos de nitrógeno por hectárea, esta cifra es razonable y puede ser un buen estimador de los ahorros que en general permite la modernización. En esta publicación científica se señala que la reducción de presión (menos fertilizante por hectárea), unida a la disminución de los retornos y a una mejora de la eficiencia del sistema agrario, nos llevan a una reducción del impacto en las masas de agua por contaminación difusa. A este respecto, además de lo ejecutado en las últimas décadas, la inversión en modernización de regadíos contempladas en el actual Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia será de 563 millones de euros, con un aporte adicional de las comunidades de regantes de unos 140 millones de euros.

También es importante resaltar, tal como quedó de manifiesto en el reciente XXXVIII Congreso Nacional de Riegos celebrado en la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), que las distintas técnicas de digitalización de la agricultura ofrecen múltiples oportunidades para mejorar su productividad y su sostenibilidad. La monitorización con sensores del sistema suelo-planta-atmósfera, el uso de imágenes multiespectrales y el análisis agronómico de toda esta información van a permitir un regadío inteligente, que dará respuesta de manera automática a cuestiones claves cómo, cuanto, cuando y donde regar, así cómo, cuando, cuanto y donde aplicar los fertilizantes. Además es importante señalar el empleo de soluciones basadas en la naturaleza, como los trabajos de investigación para eliminar los nitratos de las salmueras y drenajes agrícolas llevados a cabo por la Cátedra de Agricultura Sostenible de la UPCT. También destaca el proyecto europeo H2020 Diverfarming, que por ejemplo muestra que la combinación de habas y brócoli reduce el uso de fertilización hasta en un 30%.

Como más ejemplos concretos indicar, entre otras, actuaciones que se están llevando a cabo en el Campo de Cartagena: desde el año 2019 la Comunidad de Regantes del Campo de Cartagena (CRCC) está realizando el seguimiento y vigilancia ambiental de unos de 150 pozos; en octubre de 2020 fue aprobado el proyecto europeo Interreg Sudoe AQUIFER, donde la CRCC participa como socio, junto al IGME, en la monitorización y modelización en tiempo real del acuífero cuaternario; a principios del 2021 la CRCC firmó un convenio de colaboración con la UPCT para el desarrollo de las “actividades de innovación y divulgación relacionadas con la implantación de una fertirrigación sostenible en la superficie regable del Campo de Cartagena; se está finalizando el proyecto de la CARM de Implantación de Tecnologías de Agricultura de Precisión y Control del Acuífero en la CRCC, con la instalación de unas 1000 sondas, con las que poder alcanzar un mejor aprovechamiento del agua de riego y abonado, evitando los posibles lixiviados en el riego.

Desde el punto de vista legislativo, destaca que el 20 de enero de 2022 se publicó en el BOE el Real Decreto 47/2022 sobre protección de las aguas contra la contaminación difusa producida por los nitratos procedentes de fuentes agrarias. Un aspecto novedoso de este nuevo Real Decreto ha sido la inclusión en su artículo 8 que las distintas Administraciones de acuerdo con su ámbito competencial, tomarán todas aquellas medidas adicionales o acciones reforzadas que consideren necesarias. Este Real Decreto dota a los Organismos de cuenca de más herramientas legales de gestión de la fertilización, pero sin dotarles de equipos especializados en esta materia (por ejemplo, ingenieros agrónomos, ingenieros técnicos agrícolas). Además, esto puede crear problemas de competencias con las Comunidades Autónomas y de gran confusión a los agricultores a la hora de interpretar que normativa deben cumplir en cada momento. Un claro ejemplo de esta problemática la encontramos en el Campo de Cartagena, con la Ley 3/2020, de 27 de julio, de recuperación y protección del Mar Menor de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia (CARM) y los Acuerdos adoptados en la Junta de Gobierno de la Confederación Hidrográfica del Segura, celebrada el día 16 de julio de 2020, relativos a la declaración de la masa de agua subterránea del Campo de Cartagena en riesgo de no alcanzar el buen estado cuantitativo y químico.

El mayor problema de esta nueva normativa puede ser la incertidumbre para los agricultores. Por ejemplo, puede generar problemas competenciales entre la Administración Central y Autonómica, o se puede estar cambiando las diferentes normas en un corto periodo de tiempo, lo que puede generar inseguridad jurídica. Por ello, es muy importante la evaluación del coste/eficacia de cada una de las medidas que se adopten. Dado que se puede dar el caso que alguna medida tenga un gran impacto en la producción agraria, haciéndola inviable para algunos cultivos en determinadas zonas, y con un discutible beneficio medioambiental.

Por último, me gustaría poner en valor a los centros de investigación y universidades de nuestro país. Sin su conocimiento, transferencia y colaboración con los agricultores sería muy difícil avanzar en una agricultura de regadío, capaz de producir más con menos y con una mínima afección al medioambiente.

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