El pasado 23 de noviembre de 2021 el Gobierno declaró de interés general del Estado las obras de protección y recuperación ambiental del Mar Menor, lo que permite iniciar urgentemente los proyectos contemplados en el Marco de Actuaciones Prioritarias para recuperar el Mar Menor. Estas actuaciones cuentan con un presupuesto de unos 382,25 millones de euros, con un periodo de ejecución que finalizaría en 2026. El plazo de participación pública finaliza el próximo 5 de diciembre.
Actualmente la Comunidad de Regantes del Campo de Cartagena está reutilizando (gracias a la mezcla con otras aguas en el Canal Principal del Campo de Cartagena) anualmente unos 8 hm3 de las aguas depuradas de las depuradoras de San Pedro del Pinatar, San Javier, Los Alcázares, Torre-Pacheco, Fuente Álamo, Balsicas-Roldán y La Aljorra, así como de las procedentes del denominado “bombeo del Albujón”, evitando que una gran parte de estas aguas cargada de nutrientes pudiera llegar al Mar Menor. Pero estos aprovechamientos son totalmente insuficientes, prueba de ello es la descarga actual de aguas cargadas de nutrientes del acuífero cuaternario que se está produciendo al Mar Menor, directamente de modo subterráneo e indirectamente por sus afloramientos de manera superficial, por ejemplo a través de la Rambla del Albujón. Se debe resaltar que la gran mayoría de estas aguas (las depuradoras de la costa y la del “bombeo del Albujón”) no son aptas para riego por presentar una alta salinidad. Por ejemplo, el 1 de diciembre de 2021, las aguas captadas por el “bombeo del Albujón” presentaban una conductividad eléctrica de 5,815 dS/m, y las procedentes de la EDAR de Los Alcázares 5,390 dS/m. A este respecto, conviene recordar que en el reciente XXXVIII Congreso Nacional de Riegos se puso de manifiesto que la calidad del agua es clave para que la agricultura de regadío pueda producir de forma sostenible. El no disponer de agua con una baja salinidad, provoca que se apliquen dosis de riego en exceso a las necesidades netas de los cultivos para el lavado de sales, pudiéndose producir arrastres de nutrientes que afectarían a las masas de aguas, además de la salinización de suelos. Por lo expuesto, la calidad del agua es un punto clave a considerar en la recuperación del Mar Menor.
De acuerdo con el investigador del IGME, José Luís García Aróstegui: “El Mar Menor no se podrá recuperar si antes no actuamos sobre las aguas subterráneas”. En este sentido, en la memoria del Proyecto Colector Vertido Cero al Mar Menor Norte se indica: “Si queremos que al menos a medio plazo mejore la situación del Mar Menor, no podemos combatir la contaminación únicamente en origen, ya que el acuífero cuaternario presenta una inercia temporal muy importante. Para alcanzar ese objetivo es preciso captar los flujos contaminantes, tratarlos en plantas que eliminen la mayor parte de su carga de nutrientes y finalmente verterlos en lugares diferentes del Mar Menor, como podrían ser aquellos lugares donde pueda reutilizarse el recurso hídrico”. Por tanto, aunque lo recomendado es actuar en origen, es necesario además actuar en destino, dado que el Mar Menor parece mostrar claramente que no tiene espera.
En el Marco de Actuaciones Prioritarias para recuperar el Mar Menor, la única medida contemplada que podría reducir considerablemente la descarga de las aguas subterráneas es la renovación de la Impulsión de la Rambla del Albujón. Pero como se ha indicado, las aguas captadas por este bombeo son muy salinas y no son aptas para riego. Además, estas aguas no se podrían verter al Mediterráneo por no cumplir los requerimientos ambientales por su alta concentración de nitratos. La única opción sería diluirlas con un caudal suficiente de agua de calidad en el Canal Principal del Campo de Cartagena. Pero con ello se empeora la calidad de las aguas circulantes por este canal y se pone en riesgo la reutilización de las aguas depuradas que también presentan una alta salinidad. Asimismo, en caso de no disponer de caudal suficiente de calidad en este canal o interrupción del suministro en el mismo, estas aguas no se podrán aprovechar y terminarán en el Mar Menor, con el daño medioambiental que ello supone.
Si los regantes no disponen de agua de calidad, no se podrá realizar una agricultura de precisión, e indirectamente al disponer solo de agua con una alta salinidad se les estaría forzando a aportar agua en exceso para hacer lavado de sales y, con ello, una gran lixiviación de agua que pudiera contener nutrientes y afectar de este modo directamente al acuífero cuaternario, e indirectamente al Mar Menor. Impidiendo con ello, poder llevar a cabo una agricultura totalmente compatible con la protección del medioambiente, lo que pondría en riesgo el empleo de unas 47.000 personas en el Campo de Cartagena. Con el drama medioambiental, social y económico que ello supondría.
Por todo lo expuesto, no se entiende que no se contemplen, entre otras, en el Marco de Actuaciones Prioritarias para recuperar el Mar Menor medidas como el Proyecto Colector Vertido Cero al Mar Menor Norte (promovido por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico), el Proyecto de ampliación de la Estación Desalinizadora de Aguas Salobres del Mojón e Impulsión al Canal del Campo de Cartagena (recogido en el informe de julio de 2021 del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de situación de las actuaciones para la recuperación del Mar Menor), o la planta desnitrificadora del Mojón. Dado que estos proyectos además de reducir considerablemente la descarga de agua subterránea al Mar Menor, permitirían que los regantes dispongan de agua calidad y de este modo puedan realizar una agricultura compatible con el medio.
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