Tras más de 40 años de funcionamiento el Acueducto Tajo-Segura tiene ante sí su mayor incertidumbre. Desde su creación ha generado una gran polémica entre sus detractores, siendo una infraestructura injustamente criticada, principalmente por motivaciones territoriales y medioambientales. En este sentido, destaca que en 2007 las Cortes de Castilla-La Mancha aprobaron por unanimidad, la reforma del Estatuto de Autonomía que ponía fecha de caducidad al Trasvase Tajo-Segura en 2015, finalmente esta reforma fue retirada y no salió adelante. Recientemente, en diciembre de 2020, cerca de medio centenar de entidades sociales, políticas, empresariales y sindicales de esta región firmaron el Acuerdo en Defensa del Agua de Castilla-La Mancha, donde se vuelve a poner en duda la continuidad de este trasvase.
Este nuevo año 2021 es un año
clave en el funcionamiento del Trasvase Tajo-Segura. En primer lugar por la
propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de modificar
sus actuales reglas de explotación. Esta
reforma promovida por la Asociación de los Municipios Ribereños de Entrepeñas y
Buendía, genera
incertidumbre y rechazo
por parte de los usuarios, dado
que se pretende cambiar una regla después de tan solo 6 años de su entrada en
vigor, con la idea de volver a modificarla en un corto periodo de tiempo. Tal
como se indica en la página 2 de LA NOTA TÉCNICA SOBRE LA PROPUESTA DE
ACTUALIZACIÓN PARCIAL DE LA REGLA DE EXPLOTACIÓN DEL TRASVASE TAJO-SEGURA elaborado
por el CEDEX: “Desde
ese punto de vista, el momento indicado para la actualización completa de la
regla sería el de la entrada en vigor del nuevo plan hidrológico del Tajo”. Según varios juristas, desde el plano
estrictamente jurídico la modificación sería nula de pleno derecho por ser
en este momento arbitraria, y por ir en contra de los principios de seguridad
jurídica, confianza legítima, eficacia y eficiencia, necesidad, y no resulta
racional ni razonable, por cuanto que, no se basa en los datos reales que
deberá ofrecer la nueva planificación hidrológica en el próximo año. Desde
un punto de vista técnico la nueva norma resulta ineficaz, dado que no
logra proporcionar más recursos, y va a provocar una reducción de los volúmenes
trasvasables en los años considerados como muy buenos de hasta un 32 % para el
regadío. Se incrementarán las pérdidas anuales por evaporación del agua
almacenada en los embalses de la Cabecera del Tajo en 13 hm3 (el
máximo mensual trasvasable para regadío en Nivel 3 es de 12,5 hm3), volumen
que será recortado del Trasvase Tajo-Segura, y que agravará el déficit hídrico
de la Cuenca del Segura.
El gran reto al que se enfrenta
este año el Trasvase Tajo-Segura sería pasar de un caudal mínimo legal (Ley
52/1980) de 6 m3/s
en Aranjuez, de 10 m3/s en Toledo y Talavera, a los caudales
ecológicos mínimos propuestos en el
EPTI del Tajo de
8,52 m3/s en Aranjuez, 17,00 m3/s en Toledo y 17,80 m3/s
en Talavera. Valores muy superiores a los indicados en los
trabajos realizados para caracterizar los caudales ecológicos mínimos en el
tramo Aranjuez-Talavera de la Reina en el río Tajo y su posible afección como
consecuencia del cambio climático elaborados por el Catedrático Luis Garrote de
la Universidad Politécnica de Madrid y el biólogo Dr. Fernando José Mariño. De cuyas
conclusiones finales se destaca: “En nuestra opinión, no existen motivos para
modificar el valor de caudal mínimo de 6 m3/s que se aplica
actualmente en el tramo Bolarque-Aranjuez por disposición legal…. La cifra de 6
m3/s es muy superior a los valores obtenidos con los métodos de
simulación de hábitat, que son los establecidos por la Instrucción de
Planificación Hidrológica para las masas de agua muy alteradas hidrológicamente”. Además, se debe
resaltar que los actuales caudales mínimos legales son
garantizados en exceso de manera artificial en muchos periodos por los embalses
de Entrepeñas y Buendía, dado que de manera natural no se darían. Y tal
como recoge el Plan Hidrológico de la parte española de la
Demarcación Hidrográfica del Tajo 2015-2021 el estado de las masas de aguas que se podrían ver afectadas por el
Trasvase en general se puede considerar como bueno. Si finalmente se aprobara este incremento
injustificado de los caudales mínimos, el volumen trasvasado medio anual en
origen se estima que se reduciría de 314 hm3 a unos de 234,5 hm3,
un 39% del trasvase máximo permitido. Para regadío quedaría solo un volumen
medio anual de 144,5 hm3, un 36 % de los 400 hm3 máximos previstos
para este uso.
Por todo ello, no se considera
justificado fomentar la regionalización del agua, modificar las actuales reglas
de explotación, e incrementar los caudales mínimos establecidos actualmente. Haciéndose
necesario que se impongan los criterios técnicos, en caso contrario se estaría
poniendo en grave riesgo la estabilidad socioeconómica y medioambiental de los
regadíos de Trasvase Tajo-Segura. A este respecto, indicar que: (i) un reciente
informe de PriceWaterhouseCoopers (PwC) muestra que la actividad ligada al Trasvase Tajo-Segura supera los
3.000 millones de euros de aportación al PIB, con más de 106.500 puestos de
trabajo; y (ii) según la investigación
, presentada en el XXXVIII Congreso Nacional de Riegos de 2020 y realizada por
los investigadores de la Universidad Politécnica de Cartagena, sobre el balance de carbono de las zonas
regables de este trasvase la progresiva sustitución de agua del Trasvase
Tajo-Segura por agua marina desalinizada reduciría en un 30% la capacidad de
ser sumidero de CO2 de estos regadíos.
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