miércoles, 13 de abril de 2022

El impacto socioeconómico y ambiental de reducir el trasvase Tajo-Segura según el P.H. del Segura

El pasado viernes, 8 de abril, el Consejo del Agua de la Demarcación Hidrográfica del Segura informó favorablemente del proyecto de Plan Hidrológico del Segura 2022-2027. Este Plan en su artículo 13 Asignación de recursos para usos y demandas actuales y futuras, apartado 5 indica: “De acuerdo con los balances realizados en este Plan Hidrológico y dando cumplimiento al régimen de caudales ecológicos, la demanda no atendida en cultivos de regadío al final de este tercer ciclo de planificación ascenderá a 288 hm3/año, en el supuesto de que se elimine en su totalidad la sobreexplotación existente en las masas de agua subterráneas y se produzca una aportación del trasvase Tajo Segura equivalente a la media histórica del periodo 1980/81-2017/18 y una aplicación de recursos de 261 hm3/año de aguas de mar desalinizadas, para regadío”. Por ello, reconoce un déficit hídrico de 288 hm3 en la Cuenca del Segura, con el volumen trasvasado actualmente, incrementándose mucho más si finalmente se produce una reducción de los volúmenes transferidos, considerando el caudal trasvasable indicado en el borrador del Plan Hidrológico del Tajo (PHT).

En este Plan Hidrológico del Segura se ha valorado el impacto socioeconómico y ambiental que se produciría al considerar que el borrador del PHT en su Anejo 6 evalúa el volumen que se prevé transferir hacia la cuenca del Segura con destino a los usos de abastecimiento y regadío en los horizontes 2027 y 2039, y que son cuantificados en origen en las cantidades respectivas de 211 hm3/año y 152 hm3/año, frente a unos volúmenes trasvasados hasta la fecha, que de acuerdo con la media histórica, han ascendido a 328 hm3/año, asimismo en origen. Es decir que de acuerdo al borrador del Plan Hidrológico del Tajo se podría producir una reducción del Trasvase en origen de 117 hm3 a 176 hm3, en función del periodo considerado.

A continuación, se señalan textualmente algunos de los impactos que se consideran más significativos recogidos en este Plan Hidrológico del Segura.

Sobre el uso del regadío en las Zonas Regables del Trasvase (ZRT)

Las zonas regables del trasvase de dentro de la demarcación verían minorada su superficie productiva en 10.432 ha sobre un total actual de 85.787 ha, un 12,86%. Este valor de pérdida de superficie se elevaría a 12.228 ha si se extrapolasen estos resultados también a las zonas del trasvase ubicadas dentro de la Demarcación Hidrográfica del Júcar y de las Cuencas Mediterráneas Andaluzas. Cabe recordar que esas 85.787 ha suponen ya una notable disminución frente a las que se contemplaron en las concesiones administrativas que se tramitaron, como la superficie neta o regada, de las zonas regables del trasvase Tajo-SeguraSegún la tramitación de concesiones del año 2009, las áreas regables del Postravase comprenden una superficie de 132.724 ha.

Asociado a esas hectáreas se produciría una pérdida del valor de producción que se elevaría a 117 millones de euros/año si se considera únicamente las superficies del trasvase de dentro de la demarcación y a 137 millones de euros/año si se considera el total de las mismas. Todo ello para una pérdida de empleo de 4.641 empleos en la cuenca del Segura y 5.428 en total.

Sin embargo la aportación económica del regadío no se detiene en estas cifras, puesto que esta actividad agraria repercute en otras actividades económicas de la demarcación, como por ejemplo el consumo de inputs -semillas, fertilizantes, fitosanitarios, combustibles y lubricantes, maquinaria, servicios de apoyo a la producción, etc.-, la industria transformadora y la actividad de comercialización y transporte, que, en conjunto, constituyen los efectos denominados indirectos por de la actividad productiva agraria. Existen, asimismo, otros efectos inducidos sobre las rentas en manos de las familias y, en consecuencia, sobre la capacidad de consumo de bienes y servicios en la demarcación, derivado de este hecho.

Sobre esta contribución global de 1.981 millones de euros/año, el impacto de la reducción de recursos sería de unos 232 millones de euros, lo que supondrían valores del entorno del 0,6% del PIB de la demarcación. Dicha reducción estaría en el entorno 12% del total de la contribución al PIB de las UDAs que disponen de recursos trasvasados en esta cuenca. Los empleos totales afectados directos, indirectos e inducidos serían de unos 8.060 empleos.

Sobre el abastecimiento de poblaciones

La reducción de suministro de recursos trasvasados prevista para el año 2027 en el Borrador del PHT implicaría un incremento de los costes de abastecimiento urbano de unos 16 millones de euros anuales, de los cuales 13,5 millones de euros corresponderían al ámbito de la demarcación del Segura y 2,5 millones de euros al resto de demandas de abastecimiento servidas desde los sistemas de la Demarcación del Segura pero ubicadas fuera de su ámbito territorial.

La penalización que sufre el abastecimiento atendido por la MCT, que desde la incorporación de las aguas desalinizadas a su sistema a partir del año 2003, ha visto su tarifa incrementada desde los 0,2530 €/m3 a los 0,6905 en 2015 €/m3 lo que supone, para el conjunto del periodo, una subida media del 8,7 % anual.

Consecuencias en el valor patrimonial de las superficies regables

La pérdida de recursos para riego como consecuencia de la reducción de aportaciones del trasvase en 2027 tiene también consecuencias en el valor patrimonial de las hectáreas que dejan de ser regadas. Se estima que la pérdida patrimonial en la demarcación como consecuencia de la reducción de superficie regable ascendería a 485 millones de euros.

A la vista de la magnitud de estos efectos puede considerarse el escenario derivado de la aplicación de los caudales ecológicos previstos en el borrador del plan del Tajo, como un coste desproporcionado para esta demarcación hidrográfica, tanto desde el punto de vista económico, como social y ambiental.

Consideraciones finales

Las previsiones de reducción de los recursos procedentes del trasvase contenidas en el Borrador del Plan Hidrológico del Tajo, de llevarse finalmente a cabo, dibujarían un escenario futuro en el que necesariamente tendrá que tener mayor protagonismo en las zonas regables del trasvase Tajo-Segura, los recursos desalados en la estructura de fuentes de recurso utilizadas en el mix utilizado para el suministro de agua a los mismos.

Al margen de los efectos sobre la viabilidad económica de las explotaciones que introduce la progresiva utilización de este tipo de recursos, afectados de un coste más elevado que el de los recursos utilizados hasta ahora, existe otra serie de consecuencias ambientales que ya están empezando a ser analizadas por diversos expertos y universidades, y de las que todavía no se tiene un conocimiento exacto sobre cuáles serán sus efectos a largo plazo en el territorio. En estas condiciones un mínimo principio de precaución y cautela aconseja seguir manteniendo en la medida de lo posible, un mix de recursos superficiales continentales que no difiera mucho de la situación actual. Estos análisis sugieren una serie de consideraciones:

  • El impacto ambiental es desfavorable, fundamentalmente como consecuencia del importante incremento del consumo energético necesario para la producción del agua desalada.
  • El incremento del consumo energético se traduce en un aumento de la emisión de gases de efecto invernadero, el cual podría ser paliado por la utilización de energías renovables en los procesos de desalación, con las matizaciones anteriormente indicadas.
  • Los objetivos medioambientales planteados en cuanto a una limitación en la utilización de los abonos nitrogenados se traducirán en unas menores producciones de productos, frutas y hortalizas, por lo que las rentabilidades estimadas hoy en día se verán reducidas, lo que podrían implicar un mayor impacto socioeconómico del ahora previsto.
  • La presencia de boro, tanto en las aguas generadas en las plantas de desalinización gestionadas por ACUAMED, como por las de la Mancomunidad de los Canales del Taibilla, introducen, estas últimas a través de la reutilización de las aguas depuradas, un valor cada vez más creciente de boro en las aguas utilizadas en el regadío, al disminuir la fracción de agua superficial continental procedente de la cabecera del Tajo.
  • La situación más favorable se produciría en una situación de uso conjunto de recursos convencionales y desalados, donde se maximizan los beneficios agronómicos y se evita un crecimiento desmesurado de los impactos ambientales, los cuales siguen pautas de incremento lineal conforme vamos ampliando la participación del recurso desalado en el mix del agua de riego.

Por todo ello se considera necesario que se articulen los mecanismos y medidas de coordinación previstos en la legislación nacional vigente, en relación a los planes hidrológicos de diferentes ámbitos de planificación, como lo son los correspondientes a las Demarcaciones Hidrográficas del Tajo y del Segura.

Esta coordinación debe centrarse especialmente en lo que respecta a las variaciones que se prevea realizar en las transferencias de recursos a través del acueducto Tajo-Segura, ya que de ellas se derivarían afecciones muy importantes a los aprovechamientos existentes de abastecimiento y regadío de ésta última demarcación hidrográfica.

Para finalizar es importante resaltar de nuevo lo señalado en este Plan Hidrológico de la Cuenca del Segura: “A la vista de la magnitud de estos efectos puede considerarse el escenario derivado de la aplicación de los caudales ecológicos previstos en el borrador del plan del Tajo, como un coste desproporcionado para esta demarcación hidrográfica, tanto desde el punto de vista económico, como social y ambiental”.

Nota: Se encuentra en cursiva los extractos de la Memoria del citado Plan Hidrológico del Segura, utilizados para la elaboración de este post.


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