miércoles, 28 de junio de 2017

Trasvases, actuaciones imprescindibles en la planificación hídrica nacional

Actualmente la agricultura de regadío del Sureste está sufriendo una situación dramática debido a la falta de agua, que se ve agravada desde mayo por el cierre del Trasvase Tajo Segura. Lo que está afectando negativamente al sustento de muchas familias. Conviene recordar que esta región es considerada la Huerta de Europa, y que el agua empleada por esta eficiente agricultura de regadío es para generar alimentos. Por todo ello, debe ser considerado un sector estratégico, salvo que se quiera hacer depender la alimentación de Europa de terceros países, con el riesgo que ello supondría para nuestra garantía alimentaria. A este respecto, en febrero de 2017 debido al impacto de una ola de frío sobre grandes áreas productoras de cultivos hortícolas, los supermercados de Reino Unido se vieron obligados a racionar lechugas, varios diarios ingleses acusaron a Murcia de "acumular en secreto montones" de verduras mientras que en su país se estaba produciendo un desabastecimiento por los temporales.
Desafortunadamente, esta situación de falta de agua no es nueva. Durante las últimas décadas se ha hecho un gran esfuerzo para intentar solucionar el persistente déficit hídrico, aplicando medidas centradas principalmente en el ahorro de agua (modernización de regadíos), la reutilización de aguas depuradas, la desalinización de agua de mar, el fomento de la investigación, y la incorporación de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Lamentablemente todas estas actuaciones resultan insuficientes para poder garantizar la necesidades hídricas de los cultivos. Además debido al cambio climático, se ha producido una reducción de los recursos hídricos disponibles en nuestro país, cuyo efecto se intensificará en las próximas décadas. Esta reducción futura de los recursos debido al cambio climático ha sido tomada en consideración por los planes hidrológicos de cuenca vigentes (2015-2021).
Por otro lado, se debe señalar la falta de implicación desde el Gobierno Central para desarrollar una planificación hídrica nacional que resuelva la desequilibrada distribución de los recursos hídricos y donde, dada la magnitud de estos desequilibrios, los trasvases intercuencas resultan esenciales. Esta situación está, sin duda, relacionada con la contaminación política del agua, que tanto ha demonizado injustamente a estas infraestructuras, y que ha provocado la regionalización del agua en nuestro país. Se debe recordar que un trasvase sólo será admisible cuando esté plenamente garantizada la satisfacción de las necesidades (presentes y futuras) de la cuenca cedente, incluidas las demandas medioambientales (caudales ecológicos). 
En este sentido, de los planes hidrológicos de cuenca se desprenden que existen dos demarcaciones hidrográficas deficitarias: Segura (400 hm3/año) y Júcar (245 hm3/año). Mientras que entre las cuencas con recursos trasvasables destacan: Ebro (2867 hm3/año), Tajo (2722 hm3/año) y Duero (1452 hm3/año). Es decir, con la movilización de menos del 10% de estos recursos trasvasables se solucionaría el déficit de las cuencas deficitarias españolas (ver figura).
Además, en España el agua embalsada actualmente es de 29928 hm3. Por tanto, estos datos muestran que la escasez de recursos que estamos padeciendo, no se debe a una falta de agua, sino a una falta de infraestructuras para su adecuada gestión. Por ello es muy urgente realizar el Plan Hidrológico Nacional.
La dimensión del problema y sus implicaciones demandan un pacto de Estado por el agua, reafirmando la titularidad estatal sobre este recurso. Resulta necesario fomentar las cesiones de derechos de agua, y avanzar en la ejecución sostenible de obras de regulación y transporte (embalses, trasvases intercuencas…) que permitan hacer frente a los efectos adversos del cambio climático.
En caso de que no se tomen las medidas adecuadas de forma urgente, las repercusiones en el sector agroalimentario afectarán gravemente al empleo y a las exportaciones agrícolas de nuestro país, pues están en juego solo en la Región de Murcia, unos 100.000 empleos directos y más de 4.000 millones de euros anuales en exportaciones.

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