En las regiones áridas y semiáridas, donde muchas veces la cuestión no está en cuánto y cómo regar, sino cuándo dispondré de agua, las balsas de riego son una infraestructura fundamental para poder garantizar el suministro de agua a los cultivos. Sin embargo, estos elementos pueden presentar dos inconvenientes muy importantes:
- Importantes pérdidas de agua por evaporación. En la Cuenca del Segura con mas de 14.000 balsas de riego, que ocupan aproximadamente el 1,81% de la superficie regada, se estiman unas pérdidas anuales por evaporación de unos 58 hm3.
- Frecuentes crecimientos de algas como consecuencia de la elevada carga de nutrientes en el agua de riego y de las favorables condiciones climáticas. El desarrollo de estas algas incrementa la concentración de sólidos en suspensión y produce importantes problemas en los sistemas de riego localizado, sobre todo por obturación en los emisores, repercutiendo en gran medida a la uniformidad de aplicación del agua.
Dr. José Francisco Maestre sobre una Cobertura de Sombreo Suspendida durante una toma de datos |